7.03.2009

Dos partes hacen una

Tras haberlo arreglado con Carlos decicí regresar a mi cuerpo, pues ya no tenía nada que hacer en el de Danielle. Ya era Domingo y el haber estado en el cuerpo de Danielle me había suponido averiguar cosas sobre Carlos, cosas malas. No sbaía qué haría cuando me encontrase con él de nuevo. Dejé las cosas entre ambos un tanto escarpadas, pero en periódo de enamorarse otra vez y de que que él al final fuese feliz y dejase su mentira, y ya no fuese con otras chicas.
Había pensado en ello y creía que quizá Carlos estuviese con aquella chica para... olvidarse de Danielle, pero todo podía ser. Llegó el lunes y seguía comiendome la cabeza con las preguntas, esas que giraban entorno a Carlos las veinticuatro horas del día.
-Buenos días-saludé a Susan cuando entré sin llamar a su habitación. Había habitaciones compartidas, pero sólo para los que pagasen menos dinero. Es más divertido, pero es un baño para tres personas que se tendrían que organizar de forma profesional para poder ducharse, asearse y usar el váter en dos horas como mucho. Y, teniendo en cuenta que habría una tercera habitante, tendría que ocultar mi necesidad de sangre. Así que mejor las habitaciones contiguas.
-¿Traes prisa?-me dijo mientras me lanzaba una bolsa con un pequeño tubo. Mi desayuno.
-Estoy estresada por el cambio de cuerpo-dije mientras me pegaba al tubo.
-¿Cambio de cuerpo?... oh, ya. ¿Qué tal te fue? Hace siglos que no hablábamos-llevaba escondida en mi habitación desde mi regreso. TRas un cambio de cuerpo, un B.D. se pone muy, muy irritable.




Este es un pequeño adelanto de mi regreso. Besitoss